lunes, 19 de septiembre de 2011

TRABAJAR A REGLAMENTO

     Trabajar a reglamento puede significar muchas cosas. Una es estar convencido de ello porque es la mejor forma de evitar situaciones peligrosas; otras veces puede significar una forma de no complicarse la vida y no tener que trabajar más de la cuenta. Siento ser tan duro y decirlo tan claramente, pero creo que esto segundo es lo que ha pasado con el frustrado viaje de Rafa Nadal a nuestro aeropuerto desde Nueva York.
     Desde el punto de vista de un ciudadano que quiere lo mejor para Córdoba y piensa que hubiese sido una magnífica promoción para nuestro aeropuerto y por ende para nuestra ciudad, no puedo admitir la actitud, por no hablar de la aptitud de algunos directivos de nuestro aeropuerto, directivos que bajo la excusa de trabajar a reglamento, no se complican la vida y se quitan trabajo de encima porque así se vive más tranquilo, sin pensar que con esa forma de actuar, el futuro del aeropuerto está cada vez más en peligro.
     Con personas así, el aeropuerto de Córdoba nunca despegará. Tienen la falsa creencia que este modo de sobrevivir les va a permitir jubilarse sin tener que despeinarse. Pero la situación no es fácil ni siquiera para los empleados de la administración. O se ponen los encargados de dirigir la nave a trabajar y eso significa buscar negocio para la instalación aeroportuaria, o puede pasar cualquier cosa, incluido el cierre de las instalaciones.
     El aeropuerto está para acoger vuelos, cuantos más, mejor, y más cuando el modelo de avión en el que viajaba Rafael Nadal ya había tomado tierra anteriormente en nuestra pista. Para desviar vuelos hacia otros aeropuertos, no necesitamos tener abierto el nuestro. Se me hace muy difícil digerir esta situación, más sabiendo que no es por un verdadero tema de falta de seguridad; gracias a Dios tenemos pista de sobra; sino que es por no implicarse en algo que debe ser una obligación para los directivos aeroportuarios: ponerse a trabajar y buscar negocio para el aeropuerto de Córdoba. La nueva situación económica demanda vendedores, no funcionarios.

1 comentario:

  1. Nuestra clase política siempre tan eficaz.
    Desde que al subdelegado del gobierno se le metió entre "ceja" y "ceja" que nuestro aeropuerto no podía prestar servicio de aduana, el aeropuerto ha reducido más aún su escasa lista de servicios prestados.

    Como lo sencillo que sería darle servicio a la sala para controles de aduana que hay en la propia terminal y enviar a una patrulla de guardia civil o policía nacional.
    Solo una llamada habría bastado, pero claro, cuando el alcalde es de otro color político al del ministro de interior... la cosa varía mucho.

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